Título: Never Never
Serie: ???
Autor: Colleen Hoover y Tarryn Fisher
Fecha de publicación: 11 de Enero
Serie: ???
Autor: Colleen Hoover y Tarryn Fisher
Fecha de publicación: 11 de Enero
Mejores amigos desde que podían caminar. Enamorados a los 14. Saliendo por más de 4 años. Ella hará lo que sea por NUNCA olvidar. Él hará lo que sea por NUNCA recordar. Qué lástima que no dependa de ellos.
Capítulo 1
Charlie
Un pila de libros cae en un pintado piso de linóleo. Derrapan unos centímetros, giran en círculos y paran cerca de unos pies. Mis pies. No reconozco las sandalias negras, o las uñas de los pies rojas, pero se mueven cuando les digo que lo hagan, entonces deben ser míos. ¿Cierto?.
Una campana suena.
Chillona.
Salto, mi corazón acelerado. Mis ojos se mueven de izquierda a derecha escaneando el ambiente, intentando no darme a conocer. ¿Qué tipo de campana fue esa?
¿Dónde estoy?
Chicos con mochilas entran rápidamente a la habitación, hablando y riendo. Una campana de escuela. Se deslizan en sus asientos, sus voces compitiendo en volumen. Veo movimientos a mis pies y salto en sorpresa. alguien está doblado, reuniendo libros del suelo; una chica con la cara roja y anteojos. Antes de que se levante me mira con algo que parece miedo y luego se marcha a toda prisa. La gente se está riendo. Cuando mira a mi alrededor, creo que se estan riendo de mi, pero es a la chica con anteojos a la que miran.
-¡Charlie!- Alguien llama. -Buena esa - Y, luego - Charlie.... ¿cuál es tu problema?...¿hola?-
Mi corazón esta latiendo rápido, muy rápido.
¿Qué es esto?¿ Por qué no puedo recordar?
- Charlie- alguien silba. Miro alrededor.
¿Quien es Charlie? ¿Cuál de ellos es Charlie?
Hay tantos chicos, unos rubios, pelo feo, pelo café, anteojos, sin anteojos...
Un hombre entra cargando un maletín. Se sienta en el escritorio.
El profesor. Estoy en una sala de clases, y ese es el profesor. Secundaria o universidad, me pregunto.
De repente me levanto. Estoy en el lugar equivocado. Todos están sentados, pero yo estoy levantada...caminando.
- ¿ A dónde va, señorita Wynwood? - El profesor me esta mirando en el limite de sus anteojos mientras que mueve una pila de papeles. Los deja duramente en el escritorio y salto. Yo debo ser la señorita Wynwood.
- ¡Tiene dolores menstruales! - Alguien dice. La gente ríe. Siento un frío subir por mi espalda y avanzar por mis brazos. Se están riendo de mí, excepto que no sé quiénes son estas personas.
Escucho la voz de una chica decir - Cállate, Michael. -
- No lo sé - Digo, escuchando mi propia voz por primera vez. Es muy alta, como la voz de un chico tonto. Aclaro mi garganta y lo intento de nuevo - No lo sé, no debería estar aquí-
Hay más risas. Observo los papeles en las murallas, las caras de los presidentes con fechas debajo de ellas. ¿Clase de historia?. Secundaria.
El hombre - el profesor- inclina su cabeza hacia el lado como si hubiera dicho la cosa más tonta.
- ¿Y dónde más deberías estar en un examen hoy? -
- No... no lo sé -
- Siéntese- dice. No sé a dónde iría si me fuera.Giro para volver. La chica con anteojos sube su mirada hacia mi mientras la paso. Mira al otro lado rápidamente.
Tan pronto como me siento, el profesor pasa los papeles. Camina entre los asientos, su voz plana mientras nos dice cuánto porcentaje valdrá el examen. Cuando alcanza mi escritorio, se detiene, una profunda arruga entre sus cejas.
- No sé que estás intentando hacer - Presiona la punta de un gordo dedo en mi escritorio. - Lo que sea que es, estoy harto. Un ardid más y te envío a la oficina del director - Golpea el examen frente a mí y sigue avanzando.
No asiento. No hago nada. Estoy intentado decidir qué hacer. Anunciar a todo el salón que no tengo idea de quién soy o dónde estoy--- o llevarlo a un lado y decirle calladamente. Èl no dice más. Mi ojos se mueven al papel que está frente a mí. La gente ya está doblada frente a sus exámenes, los lápices rayando. Cuarto periodo. Historia. Señor Dulcott. Hay un espacio para un nombre. Se supone que debo escribir mi nombre, pero no sé cuál es. Señorita Wynwood me llamó.
¿Por qué no reconozco mi propio nombre?
¿ O dónde estoy?
¿ O qué soy?
Todas las cabezas están dobladas sobre sus exámenes excepto la mía. Me siento y miro fijo, hacia adelante. El señor Dulcott me mira hostilmente desde su escritorio. Mientras más tiempo estoy sentada, más su cara se pone roja.
El tiempo pasa, pero mi mundo ha parado. Eventualmente, el señor Dulcott se levanta, su boca abierta para decirme algo, cuando la campana suena.
-Pongan sus papeles en mi escritorio cuando salgan- él dice, sus ojos aún en mi rostro. Todo el mundo está saliendo por la puerta. Me pongo de pie y los sigo porque no sé que más hacer. Mantengo mis ojos en el suelo, pero puedo sentir su rabia, No entiendo porqué está tan enojado conmigo. Estoy en medio del camino ahora, casilleros azules a ambos lados.
-¡Charlie! - Alguien llama - ¡Charlie, espera! - Un segundo después, un brazo se enlaza con el mío. Esperaba que fuera la chica de los anteojos. No sé por qué. No lo es. Pero, sé ahora que soy Charlie. Charlie Wynwood.
- Olvidaste tu mochila - ella dice, entregándole una mochila blanca. La tomo, preguntándome si habrá una billetera con una licencia de conducir adentro. Ella mantiene su brazo enlazado con el mio mientras caminamos. Ella es más baja que yo, con largo y oscuro cabello e ingenuos ojos cafe que ocupan la mitad de su cara. Es llamativa y hermosa.
- ¿Por qué estás actuando tan raro ahí? - pregunta - Tiraste los libros de la tonta al suelo y luego desconectaste-
Puedo oler su perfume. Es familiar y demasiado dulce, como un millón de flores compitiendo por atención. Pienso en la chica de los anteojos, la mirada en su rostro cuando recogió sus libros. Yo hice eso, ¿ por qué no lo recuerdo?
- Yo...-
- Es la hora de almuerzo, ¿ por qué estas caminando hacia allá?- Ella me tira por un pasillo diferente, pasando más estudiantes. Todos me mira.. pequeñas miradas. Me pregunto si me conocen, y por qué yo no me conozco. No sé por qué no le digo, o decirle al señor Dulcott, tomar a alguien al azar y decirle que no se quién soy o dónde estoy. En el momento en que estoy seriamente considerando la idea, estamos atravesando una doble puerta en la cafetería. Ruido y color;cuerpos que tienen un aroma único, luces fluorescentes que hacen que todo parezco feo. Oh Dios. Agarro mi camisa.
La chica en mis brazos está balbuceando. Andrew aquí, Marcy allá. Le gusta Andrew y odia a Marcy. No sé quién es ninguno de los dos. Me acorrala a la fila de la comida. Agarramos ensalada y Coca Diet. Luego, estamos deslizando nuestras bandejas en una mesa. Ya hay gente sentada aquí: cuatro chicos, dos chicas. Me doy cuenta de que completamos el grupo con números pares. Todas las chicas están con un chico. Todos me miran expectantes, como si se supone que debiera decir algo, hacer algo. El único espacio que queda para sentarse en al lado de un chico con pelo oscuro. Me siento lentamente, las dos manos planas en la mesa. Sus ojos se desvían hacia mi y luego se dobla hacia su bandeja de comida. Puedo ver delgadas gotas de sudor en su frente, justo debajo de la linea de su pelo.
- Ustedes dos son tan extraños a veces - Una chica nueva, rubia, frente a mí. Está mirando de mi al chico que está sentado al lado. Él mira hacia arriba desde sus macaroni y me doy cuenta de que solo esta moviendo las cosas en su plato. No ha tomado un bocado, a pesar de lo ocupado que parece. Me mira y yo lo miro, luego ambos miramos a la chica rubia.
- ¿Algo pasó que deberíamos saber?
- No - decimos al mismo tiempo.
Él es mi novio. Lo sé por la forma en que ellos nos tratan. Derrepente, él me sonríe con sus brillantes dientes blancos y se acerca para poner un brazo alrededor de mis hombros.
- Estamos bien - Dice, apretando mi brazo. Automáticamente me tenso, pero cuando veo los seis pares de ojos en mi cara, me apoyo y sigo la corriente. Es aterrador no saber quién eres - incluso más aterrador pensar que lo harás mal. Estoy asustada ahora, realmente asustada. Ha ido demasiado lejoS. Si digo algo ahora, pareceré... loca. Su afecto pareciera que relajara a todos. A todos, excepto... a él. Ellos vuelven a hablar, pero todas las palabras se mezclan: fútbol, una fiesta, más fútbol. El chico sentada a mi lado se ríe y se une a su conversación, su brazo nunca dejando mis hombros. Lo llaman Silas. Me llaman Charlie. La chica con pelo negro y grandes ojos es Annika. Olvido los nombres de todos los demás con el ruido.
El almuerzo finalmente ha terminado y todos nos levantamos. Camino al lado de Silas, o mejor dicho, él camina al lado mío. No tengo idea de dónde voy. Annika flanquea mi lado libre, enlazando sus brazos en el mio y habla de la practica de porristas. Me hace sentir claustrofóbica. Cuando llegamos a un anexo ene l pasillo, me acerco a ella y le hablo para que solo ella pueda oír.
-¿Puedes caminar conmigo a mi próxima clase? - Su cara se pone seria. Se aparta de mí para decir algo a su novio, y luego sus brazos se enlazan con los míos de nuevo.
Me doy vuelta hacia Silas - Annika caminará conmigo a mi próxima clase -
- Esta bien - dice. Parece aliviado - Te veré...luego - Se da vuelta hacia la dirección opuesta.
Annika se gira hacia mí, tan pronto él está fuera de vista. ¿A dónde va?
Me encojo de hombros - A clase -
Mueve su cabeza como si estuviera confundida - No los entiendo chIcos. Un día están el uno sobre el otro, al otro actúas como si no pudieras soportar estar en la misma habitación. Realmente necesitas tomar una decisión acerca de él, Charlie. - Para afuera de una puerta.
- Esta es mi... - Digo, para ver si ella protesta. No lo hace.
- Llámame más tarde - ella dice - Quiero saber acerca de anoche -
Asiento. Cuando desaparece en el mar de rostros, entro al salón. No sé dónde sentarme, entonces me muevo a la última fila y me deslizo en un asiento al lado de la ventana. Estoy adelantada, así que abro mi mochila.
Hay una billetera apretada entre un par de cuadernos y una bolsa de maquillaje. La saco y la abro para revelar una licencia de conducir con una fotografía de una radiante chica con pelo oscuro. ¡Yo!
Charlize Margaret Wynwood. 2417 Holcourt Way, New Orleans, La.
Tengo diecisiete. Mi cumpleaños es el 21 de marzo. Vivo en Louisiana. Estudio la fotografía en la esquina derecha y no reconozco el rostro. Es mi rostro, pero nunca lo había visto. Soy...bonita. Solo tengo 28 dólares.
Los asientos se están llenando. El que está al lado mío está vaío, casi como si todos estuvieran muy asustados de sentarse aquí. Estoy en clase de español. La profesora es bonita y joven; su nombre es Señora Cardona. No me mira como si me odiara, como muchas de las personas que me están mirando. Empezamos con los tiempos.
No tengo pasado.
No tengo pasado.
Cinco minutos de la clase y la puerta se abre. Silas entra, sus ojos hacia abajo. Creo que está aquí para decirme algo, o para traerme algo. Me abrazo a mí misma, lista para pretender, pero la Señora Cardona bromea acerca de su retraso. Él toma el único asiento disponible al lado mío y mira hacia adelante. No paro de mirarlo hasta que, finalmente gira su cabeza para mirarme. Una línea de sudor baja por el lado de su rostro.
Sus ojos son enormes.
Enormes... justo como los míos.
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